No debe haber mayor estado de soledad que estar de pie en el patíbulo lejos de la tierra natal. Su último deseo fue que le trajeran hojas de hinojos: las quebró, las olió y escuchó el grito de su madre para que dejara de jugar en el enorme patio de su casa.
Debe haber otras formas de regresar del destierro.
Carlos Chess
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3 comentarios:
Alguien dijo alguna vez que los dos momentos fundamentales en la vida de los hombres son la infancia y la muerte ("junto pañales y mortaja", Quevedo).A mi me parece que en tu cuento es como si elhombre es expulsado de la niñez y arrojado a la vida en donde siguió jugando juegos peligrosos,tratando de escapar de la vista de la madre.Pero eran solamente esos ojos los que lo resguardaban,le daban la patria y lo amparaban de la soledad.
muy fuerte , al leerlo no podes dejar de sacudirte.ANAHI
Fuerte. Me gustó mucho. Hay un recurso de imagenes olfativas y regresiones impecables.Jugar con la muerte y el recuerdo de la infancia suena a muy real . No me costó nada ubicarme en la situación y me golpeó.Enfrentas a la muerte y a la soledad a la vez que respetas su imponencia.Recurris a tu madre señal de vida.Decis mucho en pocas líneas . Margarita
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